Las primeras huellas del hombre

El territorio de la Reserva, a pesar de los duros condicionantes del clima y su naturaleza, ha sido una zona poblada por el hombre desde fechas tempranas. Muestra de ello es el espléndido conjunto de monumentos megalíticos conservados en esta zona del Pirineo que atestiguan presencia del hombre neolítico en estas montañas. Entre ellos destacan el conservado en Tella, también llamado Dolmen Losa de la Campa o la Piedra del Vasar, y el dolmen de Santa Elena, en el término de Biescas.

Dolmen de Tella

En el caso del primero, los arqueólogos que lo estudiaron en los años cincuenta y setenta del siglo XX concluyeron que la función funeraria estaba clara por lo que iría ligado a enterramientos y se usaría como sepulcro. En cuanto al de Santa Elena, se ubica en un lugar considerado sagrado desde la Prehistoria, junto al río Gállego y al pie de las murallas que forman las Sierra de la Partacua y Tendeñera. Muestra de esto son los dólmenes que encontramos en sus proximidades y la ermita bajo la advocación de Santa Elena de Constantinopla