Arquitectura de Montaña

Los vecinos de los pequeños cascos urbanos de las localidades de la Reserva han sabido conservar bellos ejemplos de la arquitectura tradicional, propia de poblaciones de alta montaña. Además han seguido usando los materiales y las técnicas constructivas del pasado para la rehabilitación de edificios manteniendo así en el tiempo sus valores culturales.

Los muros de las casas se levantan con mampostería, es decir, piedra escasamente trabajada y sólo se usa el sillar - bloques mejor escuadrados - para los monumentales arcos de entrada y las ventanas. Los tejados se componen de una estructura inclinada de madera o barro sobre la que se sitúan las típicas losas areniscas. Sobre ellos se abren dos elementos interesantes: las llamadas lucarnas que son las ventanas que dan luz a las buhardillas, y las chimeneas, de gran altura para evitar ser tapadas por la nieve y coronadas por las singulares "espantabrujas" que son figurillas talladas en piedra tosca que, según la tradición, protegían de estos seres mágicos de las casas.

Escuaín

En cuanto a tipologías hay que destacar dos tipos de casas: las casa-bloque, en los núcleos más habitados, edificadas entre muros de otras casas y con los corrales y cuadras en la planta baja; y las casas-patio, propias del hábitat disperso, y con un patio como elemento organizador de la vivienda y el resto de edificaciones de uso agropecuario en torno a éste.